domingo, 10 de enero de 2016

La muerte del ‘Facebook’ chino

La red social RenRen, en su día líder en China, sucumbe ante el avance de nuevas plataformas. La falta de innovación y la escasa adaptación al móvil cavan su tumba


    Una usuaria de la red social china RenRen. / ZIGOR ALDAMA
    Cuando nació RenRen, hace una década, no tardó en convertirse en una de las redes sociales más exitosas de China. Como sucedió con Facebook, surgió para conectar a compañeros de clase y, de hecho, en un principio se llamó Xiaonei, que se puede traducir como "dentro de la escuela". Poco a poco, a semejanza de lo que hizo su homóloga estadounidense, fue abriéndose al resto de la sociedad y en 2009 se rebautizó como RenRen ("gente"), para recalcar esa ambición de universalidad. Cuando salió a bolsa en Nueva York, en mayo de 2011, contaba con 117 millones de usuarios y la cifra crecía a un ritmo del 20%.
    Así, no es de extrañar que el precio de sus acciones se disparase un 29% el día de su estreno en el parqué. Su fundador y consejero delegado, Joseph Chen, pudo sacar pecho y sentirse Mark Zuckerberg. Al fin y al cabo, RenRen ofrece en China, donde Facebook está vetada, un ecosistema y una interfaz muy similares. Es más, fue su Granja Feliz (Kaixin), que llegó a sumar hasta cien millones de jugadores, la precursora de los juegos de granjas que se popularizaron en Occidente con la copia que Zynga hizo enFarmville.
    Pero eso fue en sus días de gloria, porque ahora RenRen agoniza. Tanto, que Chen ha propuesto recomprar todas las acciones de la empresa para sacarla del Nasdaq. Ofrece apenas cuatro dólares por cada acción, muy lejos de los 19,5 dólares de su estreno bursátil. A pesar de ello, es una valoración superior a la que hace el mercado, que paga poco más de tres dólares. No en vano, el declive que comenzó hace dos años se acentúa: sus ingresos durante el tercer trimestre del año cayeron un 36,4% y la empresa perdió 23,2 millones de dólares. Es el reflejo de un batacazo que se explica con la actitud de sus usuarios: aunque suman más de 200 millones, únicamente 40 millones acceden al servicio al menos una vez al mes, y la página web no aparece ya ni siquiera en el top 60 de las más visitadas de China.
    RenRen ofrece en China, donde Facebook está vetada, un ecosistema y una interfaz muy similares
    Pero ¿por qué se ha producido este vuelco? “En primer lugar, está la competencia de nuevas redes sociales que han sabido desarrollar mejor su potencial y adaptarse al nuevo entorno móvil”, explica Xu Anqi, profesor de Sociología en la prestigiosa Universidad de Fudan, en Shanghái. Se refiere a Weibo, que se creó emulando a Twitter y que supera ya los 220 millones de usuarios, y sobre todo a WeChat, en la que se han creado 500 millones de cuentas. “Esta última nació con la ventaja de haber sido diseñada directamente para elsmartphone [cuya penetración ronda el 90% entre los internautas chinos] y, aunque ahora se puede utilizar también en ordenadores, ha sabido integrar todo tipo de servicios en una sola aplicación que es intuitiva y muy fácil de utilizar”.
    WeChat (conocida como Weixin en China) aúna mensajería instantánea, red social con curiosas funciones como la de encontrar a personas cercanas, y pagos online. “Es mucho más interesante que RenRen, donde hay más censura y donde el entorno es mucho más académico y cerrado. Estaba muy bien cuando estudiábamos, pero ahora WeChat resulta más funcional”, comenta Li Xiang, un ingeniero de telecomunicaciones de Shanghái que actualmente trabaja en una gran empresa china de Internet cuyo nombre prefiere no dar a conocer. “Básicamente, RenRen no ha sabido adaptarse a las necesidades de la sociedad. Surgió con los nacidos en la década de 1980 y no ha conseguido ni retenerlos ni atraer a otras generaciones, que han preferido opciones más avanzadas de la competencia”.
    Li pone el ejemplo de lo fácil que es añadir un contacto en WeChat: “Basta con escanear un código QR que aparece en la pantalla de la otra persona, aunque también se puede hacer por vías más convencionales, como buscar por número de teléfono o nombre de usuario. Lo tiene todo. Pero RenRen es más complicado, y requiere rellenar información académica que muchos no quieren detallar”. Y luego está el pago online, una de las grandes ventajas de WeChat. “Es muy sencillo de utilizar, y sirve tanto para hacer compras en Internet como para pagar en comercios convencionales o, incluso, enviar dinero a contactos. En definitiva, WeChat va añadiendo nuevas funciones (como los juegos) en un ecosistema cada vez más rico”.
    Juego accesible desde la red social RenRen. / ZIGOR ALDAMA
    Curiosamente, RenRen ha seguido el camino contrario. Se ha ido deshaciendo de empresas subsidiarias a las que no ha sabido sacar rédito. Al contrario, han supuesto un lastre: en 2011 gastó 80 millones de dólares en la adquisición del portal de vídeo 56.com, y lo vendió a Sohu en 2014 por 20 millones; también perdió 50 millones de dólares en la compra de Nuomi.com (un equivalente a Groupon) y posterior venta al gigante de las búsquedas Baidu; y justo cuando Facebook lanzó su Messenger, RenRen eliminó la posibilidad de enviar mensajes privados entre sus usuarios.
    “Chen tuvo la oportunidad de desarrollar esos servicios y de convertirlos en gigantes como Youku (el YouTube chino) o Dianping (que comercializa cupones grupales). Tenía los medios para hacerlo, pero le ha faltado la visión de otros como Ma Jun (fundador deAlibaba) o Lei Jun (fundador de Xiaomi) y RenRen se ha quedado obsoleto rápidamente. En China, donde todo se mueve tan rápido, echarse la siesta puede salir muy caro”, bromea el ingeniero.
    Justo cuando Facebook lanzó su Messenger, RenRen eliminó la posibilidad de enviar mensajes privados entre sus usuarios
    Y no es la única empresa de Internet que está en apuros en China. Otras como el portal textil Vancl o la plataforma de comercio electrónico Moonbasha también sucumben a la saturación del mercado y las modas que son difíciles de prever. “A los chinos nos gusta probar cosas nuevas. A diferencia de lo que es más habitual en Occidente, somos poco fieles a marcas y servicios. Eso hace que las empresas se enfrenten a un reto constante”, explica Xu. “Y quizá también por eso, a las compañías extranjeras de Internet les cueste más tener éxito”. No obstante, a pesar de la censura que rige el ciberespacio chino, Google ya ha anunciado su intención de regresar a China, y el propio Zuckerberg corteja a los dirigentes chinos siempre que puede. Más le vale aprender del ejemplo de RenRen.
    Fuente: El País

    sábado, 2 de enero de 2016

    Diseñar para todo un planeta

    Jonathan Lee ha repensado el logo de Google, el que más millones de ojos ven al día

    Su idea, que funcione para las múltiples pantallas que nos invaden


    Jonathan Lee, diseñador jefe de Google. / JUAN LAFITA
    Está solo ante el peligro cada mañana. Cuando medio planeta se pone frente al buscador por excelencia, lo primero que se ve es su trabajo, el nuevo logo de Google.
    Al estadounidense Jonathan Lee (Pittsburgh, Pensilvania, 1983), jefe del equipo de diseño material de Google, no le gusta pensar en la presión. Lo suyo es disfrutar con algo que es menos un trabajo y más una filosofía vital. Así se lo reveló a los alumnos que escucharon su conferencia en la sede de La Escuela de Visual del IED de Madrid. Antes, concedió su única entrevista en España para hablar de un misterio que Google ha escondido hasta ahora: cómo diseñan.

    ¿Cuál es esa diferencia entre arte y diseño?
    Los dos son igual de creativos y en los dos trabajas con ideas. La diferencia está en las conversaciones. En las que tiene un galerista con su artista y un cliente con su diseñador. De qué hablan y cuál es la meta de ese diálogo es la gran diferencia. La del diseñador suele ser responder a una necesidad más urgente y concreta. Pero es un modo de vida, no un trabajo de oficina. Vas por una ciudad hermosa, como Madrid, y ves cosas que no esperabas. Las guardas en tu mente y algún día recurres a ellas.
    El Googleplex, la sede central de la empresa en California. / JUAN LAFITA
    ¿Cómo se llega a Google?
    Para mí fue progresivo, y me alegra mucho haber seguido este camino. Me gradué en 2005 y era muy difícil encontrar trabajo. Me ficharon en un blog, Seventy Seven, para ayudarles en la producción. Me di cuenta de que me gustaba trabajar con tecnología, hacer diseño interactivo, porque al principio solo me interesaba por el dinero. Pronto fiché por una agencia muy famosa de Nueva York, R/GA [con clientes top como Nike, Tiffany, Heineken, Mastercard o la propia Google]. Y luego, a través de amistades que había conocido en la agencia, acabé fichando por Google.
    Creo que trabajar en lugares tan distintos fue muy bueno. Siempre se lo digo a los alumnos. Primero porque te conecta con mucha gente, que siempre son lo mejor de una empresa. Y segundo porque te permite trabajar con equipos de todos los tamaños. Yo trabajé en una empresa de solo cinco personas. Y ahora en Google que es... enorme [entre 40.000 y 50.000 trabajadores, según datos de la compañía].
    ¿Cómo es su equipo de diseño?
    Tenemos dos sedes: Nueva York y San Francisco. Y cambia de tamaño. Ahora mismo somos 20 diseñadores. En mi opinión, es un equipo muy grande de diseño. Me paso un par de semanas en una ciudad y otro par en la otra. También, claro, hay que ir a la central en California.
    Queríamos simplificar el logo, que fuera más minimalista para todo tipo de dispositivos
    ¿Cómo surgió la idea de cambiar el logotipo de Google?
    Todo empezó el pasado invierno cuando mis jefes, los vicepresidentes de Creative Lab, decidieron: "Ey, vamos a intentar esta locura". Juntamos a los dos equipos de Nueva York y San Francisco. Trabajamos durante una semana solo en el brainstorming, pasando frío en el invierno de Nueva York.
    Luego empieza la emoción y la avalancha de conversaciones entre los equipos de marketing y producto para conseguir la luz verde. Y la conseguimos. Pasó de ser nada a convertirse en un proyecto muy grande que requería muchísima coordinación. De hecho llevó mucho más tiempo preparar la logística que diseñar el logo.
    ¿Por qué el nuevo logo de Google es como es?
    La meta del diseño siempre es mejorar lo existente. Así que nos preguntamos cómo mejorarlo. No había nada malo con el logo anterior. Pero la tecnología está expandiéndose cada vez a más dispositivos. Así que empezamos a pensar cómo funcionaba el logo actual en versión muy reducida. Concluimos que había margen de mejora. La clave era simplificarlo, hacerlo más accesible para cualquier tipo de persona y en cualquier tipo de dispositivo. Por ejemplo, queríamos que la G mayúscula y minúscula se parecieran más para darle más coherencia. Lo queríamos minimalista, dinámico y accesible.
    ¿Cree que la gente percibe el cambio?
    Si no lo perciben como diferente, acertamos. Porque la intención no era tirar lo que había. Era remozarlo, pero sin perder nuestra identidad: hacer accesible la información a todo el mundo. La verdad es que me pregunto muchas veces cuánta gente lo percibe cuando entra en el buscador o se loguea en Gmail.
    El equipo de Jonathan Lee en pleno 'brainstorming' sobre cómo abordar la nueva imagen de marca de su compañía. / JUAN LAFITA
    ¿Qué diseños de otras compañías rivales adora?
    No solemos hablar de la competencia [risas]. Pero sí puedo decir que espero con emoción cada una de sus novedades porque tratan de resolver los mismos problemas que nosotros. ¿Cuántas compañías nos enfrentamos a estos problemas? Pocas. Muy pocas. Inspirarse en la competencia es bueno para encontrar nuevas soluciones.
    Hablando de logos... Es que hay tantos geniales que no sé ni por dónde empezar. Marcas como Nike o como Apple... Es que ves algo de Apple y te dices: "Pues claro que es de Apple". No podría ser otra cosa. Esas son marcas memorables. Y esa es precisamente su función. Ser recordadas. Permanecer en la memoria.
    ¿Cómo va a abordar el diseño el internet de las cosas?
    Pues es uno de los retos en que estamos trabajando. ¿Cómo mantener la coherencia en el diseño entre todos estos dispositivos? Lo que estamos intentando es crear un lenguaje universal y unificador que sirva para todo, para lo que tenemos ahora y lo que tendremos en el futuro. La publicidad te dice que el futuro está aquí. Pero tarda en grabarse en la mente.
    La funcion del diseño y de las marcas es ser recordado, permanecer en la memoria
    ¿Qué piensa sobre la realidad virtual?
    Me emociona. Sé que estamos trabajando para distribuirlo a escala masiva, con las Cardboards [gafas de realidad virtual de cartón, diseñadas por Google]. Hace nada, firmamos con The New York Times [que ya ha comenzado su estrategia de periodismo virtual] y regalamos una Cardboard a cada suscriptor. A lo mejor lo virtual tarda un poco en hacerse de dominio público, pero sí puedo decir que hay gente muy lista que apuesta por ello. Y no creo que hubiese tanto talento enfocado en esta tecnología si no fuera porque algo muy grande va a salir de ello.
    ¿Alguna vez siente la presión de diseñar para todo el planeta, de tener demasiados ojos encima?
    Sientes responsabilidad de lograr lo mejor para las necesidades de los usuarios. Pero me he dado cuenta de que si lo piensas mucho, te paralizas. Lo que me gusta es abordar los problemas adoptando soluciones con mi equipo.
    El diseño gráfico en una frase.
    Una manera de vivir.
    ¿Y el diseño para Google?
    Un diseño para todos.
    Fuente: El País